Mi primer viaje a Galápagos
La semana pasada, un sueño de mi infancia se hizo realidad cuando visité las impresionantes Islas Galápagos por primera vez, en mi primera visita al extranjero después de que el Reino Unido fuera sede de la conferencia climática de la ONU, COP26, en Glasgow.
Nada podría haberme preparado para ver estas islas por mí mismo. Desde iguanas marinas y manglares llenos de vida hasta las famosas tortugas gigantes y pinzones adaptados de manera única, sus maravillas desafían toda descripción. No puedo agradecer lo suficiente a los galapagueños por su bienvenida y por brindarme una experiencia que recordaré siempre.
Esas mismas corrientes oceánicas que sustentan un caleidoscopio de flora y fauna única en el mundo ahora están depositando plástico en las playas de Galápagos, aumentando la presión sobre las especies, amenazando el turismo y la salud pública.
Así que fue un privilegio ver cómo el Reino Unido está apoyando parte del trabajo que ya está en marcha para abordar el problema de la basura plástica marina, incluso por parte del maravilloso Galapagos Conservation Trust y sus voluntarios locales.
Los vastos tesoros del país son una fuente de merecido orgullo nacional, y ha sido inspirador ver el compromiso de los ecuatorianos para protegerlos. Desde el presidente Lasso y su excepcional ministro de Medio Ambiente, Gustavo Manrique, hasta las comunidades costeras y los líderes indígenas de la Amazonía, ese compromiso abarca a toda la sociedad.
Esa misma ambición se mostró en la COP26, donde la visión de Ecuador ayudó a la presidencia del Reino Unido a llevar a la naturaleza desde los márgenes del debate global al corazón de nuestra respuesta al cambio climático. Junto a sus vecinos, Ecuador anunció un acuerdo para proteger y conectar la asombrosa cantidad de 500 000 km2 del Pacífico. La reserva marina Hermandad nos acerca a nuestro objetivo compartido de proteger al menos el 30% del océano mundial para 2030. Ya más de 100 países apoyan.
17 February 2022
El Comercio